Historia de la Acuarela
La acuarela es el medio de pintura más antiguo conocido por el hombre. De alguna manera ha sido utilizada desde tiempos prehistóricos y en todas partes del mundo.
De todos los medios de pintura existentes, la acuarela requiere un elevado tecnicismo en su ejecución por limitar al máximo las correcciones y enmiendas; de allí el escaso número de artistas dedicados exclusivamente a este tipo de pintura donde se impone la transparencia y se omite el color blanco. La acuarela es un compuesto de pigmentos solubles en agua y goma arábiga, estos pigmentos pueden ser transparentes u opacos. Debido al hecho de mezclarla con agua y de ser utilizada sobre papel, así como por ser la primera pintura empleada por todos en pre-escolar, se piensa que la acuarela es un medio “provisional”. Nada más equivocado, la acuarela es un medio que posee una durabilidad y una historia muy distinguida, así como un muy saludable futuro.
La historia de la acuarela está estrechamente ligada a la historia del papel, inventado como se le conoce actualmente por lo chinos, poco después del año 100 a. C. La fabricación del papel fue introducida en España por los conquistadores moros a mediados del siglo XII y ésta se difundió hacia Italia 25 años más tarde. La técnica que le precede a la acuarela era llamada pintura buon fresco: acuarela aplicada a una pared cubierta de yeso húmedo. El fresco, una de las más grandes formas del arte, es acuarela. Es formada mezclando pigmentos y agua y se le aplican al yeso húmedo. La mayoría de las personas que se paran bajo la impresionante obra de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, probablemente ignoran que estén contemplando la más grandiosa de las pinturas realizadas en acuarela, que fue empezada en 1508 y terminada en 1514.
La invención de la pintura al óleo por los maestros flamencos, declinó un poco el interés por la pintura al fresco y la acuarela fue relegada como el vehículo para hacer bocetos preliminares o como una herramienta para estudios.
En Alemania, Albrecht Dürer (1471-1528) pintaba en acuarela y su influencia es parcialmente responsable de la existencia de la primera escuela de acuarela en Europa. El avance tecnológico en manufacturar pinturas y papeles que se produjo en Inglaterra en las últimas décadas del siglo XVIII permitió y animó a los artistas británicos a desarrollar su técnica de pintar con colores transparentes en papel blanco especialmente elaborado para ellos. Durante el mismo siglo, algunos franceses, entre ellos Jean Honore Fragonard (1732-1806), dedicaron un importante número de sus obras a la acuarela. Pero su perfeccionamiento y los progresos que ha hecho esta milenaria técnica, tuvieron su origen en Inglaterra, donde los artistas ya habían llevado la acuarela a una categoría tan elevada como el óleo. Por esa época, en ese país la acuarela era utilizada para hacer dibujos de perspectivas arquitectónicas, de modo que los artistas tomaron este tema y lo desarrollaron, añadiéndole personajes y animales a sus composiciones, siendo uno de estos primeros artistas William Turner. Fue entonces que esta técnica se volvió a tomar en serio.
Una vez aceptada, la acuarela se convirtió en el favorito de muchos artistas, no sólo en Inglaterra sino en el resto de Europa y Estados Unidos. La luminosidad inherente en la acuarela, combinada con la capacidad de su rápida ejecución le dio a los paisajistas el vehículo ideal para registrar los efectos de movimiento, reflejo, transparencia y delicadeza de la naturaleza. Pero fue la genialidad de los americanos Winslow Homer, James A. McNeill, Whistler, John LaFarge, Thomas Eakins, John Singer Sargent, Childe Hassam y Maurice Prendergast, entre otros, la que reveló la potencialidad de la acuarela como medio serio de expresión.
Fundada en 1804, La “British Society of Painters in Watercolours”, fue la primera asociación creada para agrupar los acuarelistas y proporcionarles una fuente permanente de apoyo. Esta iniciativa inglesa fue seguida sin demora en el resto de Europa hasta llegar a nuestro continente en cuyas más importantes ciudades se han creado instituciones similares.
Los artistas americanos estuvieron un tiempo a la sombra de los maestros europeos, hasta el siglo XIX, pero gradualmente algunos de ellos, dotados de mucho talento y habilidad, comenzaron a desarrollar obras que desafiaban el trabajo de los maestros europeos. Los americanos acogieron la acuarela como un principal medio de expresión, equivalente a la pintura al óleo. Para el año de 1866 el interés por este medio dio origen a la fundación de la “American Society of Painters in Watercolours” y por primera vez fueron exhibidas obras en acuarelas en las galerías, junto a pinturas al óleo.
Durante la Guerra Civil en Estados Unidos, los reporteros-artistas crearon un gran interés en la acuarela. Sus dibujos “en la escena” en los campos de batalla, se utilizaron como ilustraciones en los periódicos y revistas del día.
En Venezuela, las primeras acuarelas sobre papel fueron producidas por los exploradores que vinieron a partir del siglo XVIII. Entre los que se destacan: Aimé Bompland, quien realizó aquí una valiosa y vasta labor como recopilador y clasificador de especies naturales de esta región, cursó estudios de medicina en la Universidad de París, pero su verdadera vocación era la investigación de la naturaleza vegetal, así que acudió al Jardín de Plantas de París para formarse en esa disciplina. Por esa época se relacionó con el joven alemán Alexander von Humboldt que sorprendería al mundo con sus exploraciones. En 1799, viajaron juntos durante cinco años a España, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Cuba, México y Estados Unidos. Bonpland llevó un registro gráfico de la botánica encontrada en esos viajes, los que acompañarían los relatos que hicieron en conjunto estos investigadores.
Después del regreso de Humboldt y Bompland a sus patrias, muchos naturalistas europeos se sumaron a la aventura de explorar el Continente Americano, pues sus obras habían despertado extraordinario interés en las esferas científicas. Se destacan entre ellos artistas como Camille Pisarro, Fritz Melbye, Ferdinand Bellerman, Auguste Morissot, Theophile Raymond, Antone Goering., quienes también hicieron recorridos por nuestra geografía, dejando un testimonio gráfico de estas visitas en sus expresivas acuarelas de retratos, paisajes, aves, insectos, flores, y todo aquello que llamaba su atención.
En Venezuela, nuestros grandes maestros también utilizaron la acuarela como medio de expresión durante el siglo XIX y XX, como Carmelo Fernández, Ramón Páez, Arturo Michelena, Antonio Herrera Toro y José Canelones, entre otros.
cfamCabe mencionar también a las artistas europeas residenciadas en nuestro país: Julia Bornhost y Fabianne Pan, miembro fundadora de la Asociación Venezolana de Acuarelistas, quienes también recorrieron el país y dejaron un testimonio de la Venezuela de la primera mitad del Siglo XX.